lunes, 7 de julio de 2014

El delincuente mas guapo del mundo

Unknown | 8:15 p.m. | | | | Be the first to comment!



El delincuente estadounidense Jeremy Meeks, apelado “el preso más guapo del mundo”, saltaría a las pasarelas tras firmar con una agencia de modelos y podría cobrar hasta unos 30 mil dólares al mes.

La popularidad alcanzada por Meek gracias a que su foto se hizo viral en Internet, le ha servido para que a sus 30 años sea fichado por la agencia de modelos Blaze Modelz, reportó TMZ.

Según el portal de noticias, el joven habría cerrado un acuerdo que le permitiría ganar como modelo entre diez y 22 mil euros al mes (unos 30.000 dólares), para trabajos con firmas como Versace.

Tal es el grado de interés que ha suscitado el presidiario, que incluso se ha iniciado una campaña para pagar su fianza, que supera los 600.000 euros. También estaría la idea de hacer una película sobre su vida.
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domingo, 6 de julio de 2014

La historia del portero de un prostibulo

Unknown | 11:10 a.m. | Be the first to comment!
No había peor oficio en el pueblo que ser portero del prostíbulo; pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.

Un día, se hizo cargo del prostíbulo un joven con inquietudes, muy creativo y emprendedor, y decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y citó al personal para dar las nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo:
-A partir de hoy, usted, además de estar en la puerta, va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entran y también anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.
- Me encantaría complacerlo, señor, pero no sé leer ni escribir.
-¿Cómo?... cuánto lo siento, pero... ¡tendré que prescindir de sus servicios!
- Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida!
- Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted, le vamos a dar una indemnización hasta que encuentre otra cosa. Lo siento, y que tenga buena suerte.
Sin más, se dio vuelta y se fue. El portero sintió que el mundo se le derrumbaba. ¿Qué hacer?... y recordó que en el prostíbulo, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que ésta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo, pero sólo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza derruida. Entonces pensó que usaría parte del dinero de la indemnización para comprar una caja de herramientas completa. Como en el pueblo no había ninguna ferretería, debería viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. Y emprendió la marcha.
A su regreso, su vecino llamó a su puerta:
- Hola!, vengo a ver si tiene un martillo para prestarme.
- Sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo...
- Bueno, pero yo se lo devolveré mañana bien temprano.
- Está bien!.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta.
- Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Porqué no me lo vende?
- No puedo!, lo necesito para trabajar y además la ferretería está a dos días de mula.
- Hagamos un trato - dijo el vecino- Yo le pagaré los días de ida y vuelta más el precio del martillo, total usted está sin trabajar, ¿Qué le parece?.
Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días y aceptó. Volvió a montar su mula y a su regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
- Hola, vecino!. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo? vengo a decirle que yo necesito unas herramientas y estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje, más una pequeña ganancia... Es que no dispongo de tiempo para el viaje.
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue. Recordaba las palabras escuchadas: "No dispongo de cuatro días para comprar!!". Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara para traer herramientas.
En el viaje siguiente, arriesgó un poco más de dinero trayendo más
herramientas que las que había vendido; de paso podría ahorrar algún tiempo en viajes.
La voz empezó a correr por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje.
Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Con el tiempo alquiló un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después, adaptó una vidriera y el galpón se transformó en la primera ferretería del pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos, él era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha.
Un día se le ocurrió que su amigo el tornero podría fabricarle las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por que no?, las tenazas... las pinzas... los cinceles... y luego fueron los clavos y los tornillos... En diez años, aquel hombre se transformó en millonario con su trabajo como fabricante de herramientas.
Un día decidió donar una escuela a su pueblo. En ella, además de leer y escribir, se enseñarían las artes y oficios más prácticos de la época.
En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo: "Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de esta nueva escuela".
- El honor sería para mí - dijo el hombre. - nada me gustaría más que firmar allí, pero no sé leer ni escribir; soy analfabeto.
¿Usted? - dijo el Alcalde que no alcanzaba a creer. - Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? ¡Estoy asombrado!!... me pregunto ¿Que hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?
- Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma - Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería el portero del prostíbulo!
Moraleja:
Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Las adversidades encierran bendiciones. Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar puede ser tu mejor opción.
Agrégale la frase célebre:
"UNA PATADA EN EL TRASERO SIEMPRE IMPLICA
UN PASO HACIA DELANTE"
Jorge Bucay
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viernes, 4 de julio de 2014

El árbol de los problemas

Unknown | 7:52 a.m. | | | | | Be the first to comment!



El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja
granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.

Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y
ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio.
Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Cuando nos dirigíamos a la puerta,
se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol,
tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas.
Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

Posteriormente me acompañó hasta el auto.
Cuando pasamos cerca del árbol,
sentí curiosidad y le pregunté acerca
de lo que lo había visto hacer un rato antes.
 

-"Oh, ese es mi árbol de los problemas", contestó.
-"Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo,
pero una cosa es segura:
los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos.
Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa.
Luego en la mañana los recojo otra vez".
-"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos,
no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior". 
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Un mensaje que deberíamos dar a nuestros hijos y a todas las personas que nos interesan...

Unknown | 7:46 a.m. | | | | | Be the first to comment!


Recordaba una ocasión en que escuché a un joven decirle a su Padre:
- NO TE METAS EN MI VIDA!!!

Ésta frase caló hondamente en mí, tanto, que muy frecuentemente la recuerdo en la relación de padres he hijos y me imaginaba yo siendo aquel Padre y lo que le Respondería a Mi Hijo.

HIJO, YO NO ME METO EN TU VIDA, TU, TE HAS METIDO A LA MÍA !!

Hace 17 años, gracias a Dios, y por el amor que mamá, y yo nos teníamos, llegaste a nuestras vidas, ocupaste nuestro tiempo, durante casi tres meses, mamá se sintió mal, no podía comer, todo lo que comía lo devolvía, y tenía que guardar reposo; Yo tuve que repartirme entre las tareas de mi trabajo y las de la casa para ayudarla.

Ya no podíamos ir a todas las reuniones, no frecuentábamos tanto a los amigos, de hecho de muchos de ellos nos separamos por ti...

Los últimos meses, antes de que llegaras a casa, mamá no dormía y no me dejaba dormir, yo tenía que despertar temprano para ir a trabajar, mas sin embargo me tenía que esforzar por ser paciente y ayudar a mamá a que se sintiera mejor, para que tú estuvieras bien.

Los gastos aumentaron increíblemente, tanto que gran parte de lo nuestro se gastaba en ti: En un buen medico que atendiera a mamá y la ayudara a llevar un embarazo saludable, en medicamentos, en la maternidad, en comprarte todo un guardarropa, mamá no veía algo de bebé, que no lo quisiera para ti, una cuna, un moisés, una carrito, todo lo que se pudiera con tal de que tú estuvieras lo mejor posible.

Ni siquiera me di cuenta cuando deje de comprarme cosas para mi, y tu sabes que los equipos de sonido y PC´s son mi delirio.

. . NO TE METAS EN MI VIDA?
Llegó el día en que naciste, hay que comprar algo para darles de recuerdo a los que te vinieran a conocer, ( DIJO MAMÁ), hay que adaptar un cuarto para el bebé.

Desde la primera noche no dormimos. Cada tres horas como si fueras una alarma de reloj nos despertabas para que te diéramos de comer, otras te sentías mal y llorabas y llorabas, sin que nosotros nos sintiéramos tranquilos, pues a veces no sabíamos que te sucedía y hasta llorábamos contigo. . . NO TE METAS EN MI VIDA?

Todas las enfermedades te dieron y nosotros tuvimos que suspender muchas de nuestras salidas; Mamá ya estaba muy bien arreglada para ir a alguna reunión (Después de meses de no salir) , yo estaba a punto de pasar por ella y me llamaba, cambio de planes, el niño tiene temperatura, no podremos ir. . . . NO TE METAS EN MI VIDA?

Empezaste a caminar, yo no sé cuando he tenido que estar más detrás de Ti, si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya sabías. Ya no podía sentarme tranquilo a leer el periódico o a ver el partido de mi equipo favorito, porque para cuando acordaba, te perdías de mi vista y tenía que salir tras de ti para evitar que te lastimaras.

. . NO TE METAS EN MI VIDA?

Todavía recuerdo el primer día de clases, cuando tuve que llamar al trabajo y decir que no podría ir, ya que tú en la puerta del colegio no querías soltarme y entrar, llorabas y me pedías que no me fuera, tuve, que entrar contigo a la escuela, que pedirle a la maestra que me dejara estar a tu lado ese día en el salón para que fueras tomando confianza, después de tanta confianza que tomaste, hasta te olvidaste de mi, la mayoría de las veces no sólo ya no me pedías que no me fuera, te olvidabas de despedirte cuando bajabas del auto corriendo para encontrarte con tus nuevos amiguitos.

. . NO TE METAS EN MI VIDA?

Del colegio, recibía muy seguido notas: no hace caso, es indisciplinado, pelea con los demás, no quiere hacer sus tareas, se la pasa en los sanitarios, rayó la libreta de su compañerito, se lastimó un pié, se rompió una mano...... y aparte tengo que pagar para que asistas?

Fuiste creciendo y contigo fueron creciendo las aventuras, al grado que un día tuve que suplicar al director que no te expulsara.

. NO TE METAS EN MI VIDA?

La vecina apenas me veía llegar y se acercaba para decirme:

su niño, rompió un cristal de mi casa, rayó la pared, pelea con mi hijo etc.

Seguiste Creciendo, querías ir muy aprisa, te urgía conocer todos los lugares de diversión de la ciudad, apenas tenias 13 y ya querías ir a todas las fiestas de tus amigos que cumplían 15, ya no querías que te lleváramos a tus reuniones, nos pedías que una calle antes te dejáramos y pasáramos por ti una calle después, por que ya eres "cool", no querías llegar temprano a casa, te molestabas si te marcábamos reglas, no podíamos hacer comentarios acerca de tus amigos, sin que te volvieras contra nosotros, como si los conocieras a ellos de toda la vida y nosotros fuéramos unos perfectos desconocidos para ti; préstame el auto, me decías y me sentía el peor padre del mundo por no hacerlo. . . . NO TE METAS EN MI VIDA?

Constantemente mamá tiene que estar acomodando las mismas cosas de tu cuarto (incluso fuera de el), pues ella las arregla un día y al otro tiene que volverlo a hacer pues ya están desordenadas.
. . NO TE METAS EN MI VIDA?

Han pasado meses y las calificaciones no llegan, mamá y yo no queremos preguntarte para que no haya más problemas, pero de la escuela nos han llamado, hay que ir a hablar con la maestra, porque has reprobado y si no te apuras no aprobarás el curso.
. . NO TE METAS EN MI VIDA?
Cada vez sé menos de ti por ti mismo, sé mas por lo que oigo de los demás, ya casi no te gusta platicar conmigo, dices que nada más te estoy regañando, y todo lo que yo hago esta mal, o es razón para que te burles de mi, pregunto, con esos defectos te he podido dar lo que hasta ahora tienes, seré entonces tan tonto y torpe ser humano? mamá se la pasa en vela y de pasada no me deja dormir a mí diciéndome: que no has llegado y que es de madrugada, sólo me buscas cuando hay que pagar algo o necesitas dinero para la escuela o salir; o peor aún, te busco yo, cuando tengo que llamarte la atención.......

. . NO TE METAS EN MI VIDA?

Hoy me han llamado y me han dicho: Se ofrecerá, una misa de acción de gracias, para todos ustedes, con ocasión de que su hijo ha concluido sus estudios superiores; tú, me avisaste con desinterés, como si no te importara que yo asistiera, más sin embargo para mí ha sido una gran noticia, que me hace sentir MUY FELIZ. CÓMO ME LO VOY A PERDER, ME DIJE A MÍ MISMO, Y AQUÍ ESTOY. . . . NO TE METAS EN MI VIDA?

Sin duda a ésta frase y a mi reflexión cada uno de ustedes papás, pueden añadir grandes anécdotas, pueden corregir y aumentar y hasta cambiar el sentido, pero no quiero ni imaginar el hecho de que ustedes hubieran decidido no meterse en la vida de sus hijos, qué hubiera pasado.

De seguro algunos de ellos no estarían aquí. si solo se hubieran metido inicialmente y luego hubieran abandonado la tarea, de alimentar, de educar, de cuidar; etc.. Muchos de hijos no habrían logrado ninguna meta a pesar de sus esfuerzos.
Si los papás no cuidaran lo que hacen, a donde van y con quien, quizá muchos ya no estarían entre nosotros, o quizá estarían en un hospital o presos de algún vicio.

Pero estoy seguro que ante estas palabras . . . NO TE METAS EN MI VIDA.
podemos responder juntos.

HIJO, YO NO ME METO EN TU VIDA, TU TE HAS METIDO EN LA MÍA, Y TE ASEGURO, QUE DESDE EL PRIMER DÍA, HASTA EL DÍA DE HOY, SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ.

PAPÁS GRACIAS POR METERSE EN LA VIDA DE SUS HIJOS, PORQUE GRACIAS A ELLO AHORA PODEMOS VERLOS REALIZADOS EN UNA ETAPA MÁS DE SU FORMACIÓN.

SÓLO LOS PADRES QUE SABEN METERSE EN LA VIDA DE SUS HIJOS LOGRAN HACER DE ÉSTOS, HOMBRES Y MUJERES DE BIEN. PAPÁS:

¡¡MUCHAS GRACIAS!!

y para los hijos, VALOREN A SUS PADRES, SI ELLOS NO SON PERFECTOS USTEDES MUCHO MENOS, O SI NO, ESPEREN UN POCO A QUE LLEGUEN LOS CRÍTICOS MAS IMPLACABLES DE ESTA VIDA . . .

. . SUS PROPIOS HIJOS.



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jueves, 3 de julio de 2014

El defecto de una mujer

Unknown | 3:29 p.m. | Be the first to comment!
Para cuando Dios hizo a la mujer, ya estaba en su sexto día de trabajo de horas extras.

Un ángel apareció y le dijo: "Por qué pones tanto tiempo en ésta?"

Y El Señor contestó: "Has visto mi Hoja de Especificaciones para ella?"

Debe ser completamente lavable, pero no ser de plástico, tener más de 200 piezas movibles, todas cambiables y ser capaz de funcionar con una dieta de cualquier cosa y sobras, tener un regazo que pueda acomodar cuatro niños al mismo tiempo, tener un beso que pueda curar desde una rodilla raspada hasta un corazón roto y lo hará todo con solamente dos manos."

El ángel se maravilló de los requisitos.

"Solamente dos manos....Imposible!“
Y este es solamente el modelo estándar?

Es demasiado trabajo para un día...Espera hasta mañana para terminarla.“

No lo haré, protestó el Señor. Estoy tan cerca de terminar esta creación que es favorita de Mi propio corazón.

Ella ya se cura sola cuando está enferma Y puede trabajar días de 18 horas." 


El ángel se acercó más y tocó a la mujer.

"Pero la has hecho tan suave, Señor

"Es suave", dijo Dios, pero la he hecho también fuerte. No tienes idea de lo que puede aguantar o lograr.

"Será capaz de pensar?" preguntó el ángel. 

Dios contestó:

"No solamente será capaz de pensar sino que razonar y de negociar"

El ángel entonces notó algo y alargando la mano tocó la mejilla de la mujer....

"Señor, parece que este modelo tiene una fuga...

Te dije que estabas tratando de poner  Demasiadas cosas en ella" 

"Eso no es ninguna fuga... es una lágrima" lo corrigió El Señor. 

"Para qué es la lágrima," preguntó el ángel.

Y Dios dijo: 

"Las lágrimas son su manera de expresar su dicha, su pena, su desengaño, su amor, su soledad, su sufrimiento, y su orgullo."

Esto impresionó mucho al ángel "Eres un genio, 

Señor, pensaste en todo. La mujer es verdaderamente maravillosa"

Lo es! 

La mujer tiene fuerzas que maravillan a los hombres. 

Aguantan dificultades, llevan grandes cargas, pero tienen felicidad,  amor y dicha. 

Sonríen cuando quieren gritar. 

Cantan cuando quieren llorar. 
Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas.
Luchan por lo que creen. 
Se enfrentan a la injusticia. 
No aceptan "no" por respuesta cuando ellas creen que hay una solución mejor.
Se privan para que su familia pueda tener.
Van al médico con una amiga que tiene miedo de ir.
Aman incondicionalmente.
Lloran cuando sus hijos triunfan y se alegran cuando sus amistades consiguen premios.
Son felices cuando escuchan sobre un nacimiento o una boda.
Su corazón se rompe cuando muere una amiga.
Sufren con la pérdida de un ser querido, sin embargo son fuertes cuando piensan que ya no hay más fuerza.
Saben que un beso y un abrazo pueden ayudar a curar un corazón roto.

Sin embargo, hay un defecto en la mujer:

...Es que se le olvida cuánto vale...


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Bienes comunes de esposos

Unknown | 2:51 p.m. | | | | | | | Be the first to comment!


Estimada Cristina:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial.

A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes.

Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.

Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:
· La sensación de carne de gallina en mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.

· El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra. 

· El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar. 

· La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos. 

· La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho. 

· El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor. 

· Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres. 

· Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).


COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:
· Los silencios. 

· Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina. 

· El sabor acre de los insultos y reproches.. 

· La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío. 

· Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa. 

· El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él. 

· Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle. 

· Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.


Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:... objetos.

Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, Roberto.

por Susana López Rubio

NOTA: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor (Argentina)


Si deseas reenviarlo, no modifiques ni borres, hazlo tal cual lo recibes. Gracias


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Pequeñas cosas que te hacen feliz

Unknown | 7:18 a.m. | | | | | | | | Be the first to comment!

Pequeñas cosas que te hacen feliz

  • Optimismo: ¿Y si vieras un vaso medio lleno en vez de medio vacío? Diversos estudios prueban que una persona más propensa al optimismo encara la vida con mayor ligereza, mirando hacia las dificultades como oportunidades para crecer y aprender, y no como obstáculos.
  • Pensar menos: pensar menos no implica dejar de ser racional. Sólo es pensar menos al mirar a la vida, observar los detalles y pormenores, pero no hacer todas las ligaciones posibles e imaginarias entre ellas; perdiendo tiempo, determinación y ganas de hacer cualquier cosa. Pensar en lo que da felicidad y placer. Analice las situaciones, pero no pierda todo su tiempo pensando.
  • Gratitud: ¿Cuántas veces nos paramos a pensar en agradecer lo que tenemos en nuestra vida? Pocas, ¿verdad?. Bastan 5 minutos al día para pensar, sentir y agradecer lo que es bueno y nosotros tenemos, y que nuestra sonrisa se dibuje en la cara.
  • Gentileza: ayudar a alguien de forma desinteresada, sólo porque sí, es una manera de sentirnos extraordinariamente bien. Y, ¿por qué? Porque practicar actos de simpatía además de liberar serotonina (sustancia liberada por el cerebro con efectos beneficiosos para la salud), nos hace sentir bien no sólo con nosotros mismos, si no también con los de nuestro alrededor.
  • Dar valor a los amigos: envíe un mensaje de buenos días o buenas noches a personas queridas y se sentirá mejor. Va a hacer que la persona que lo recibe sonría y su relación con ella se fortalezca. El ser humano es un ser social, al que le gusta sentirse parte de una comunidad. Júntese más veces con sus amigos y muéstreles el valor que ellos tienen (y siéntase más feliz).
  • Objetivos definidos: cuando establecemos objetivos para nuestra vida, sean a largo o corto plazo, y nos comprometemos con ellos, no tenemos otra solución que no sea hacer todo lo posible para cumplirlos. Además de hacernos sentir que tenemos un propósito de vida, la felicidad y bienestar que se siente al cumplirlos es tan grande, que compensa todo el esfuerzo realizado.
  • Cuerpo sano, mente sana: cuide de su cuerpo y sea más feliz. Si no lo hace, su energía física no estará en forma e influenciará de forma negativa a su energía mental, emocional y espiritual. Al hacer ejercicio, se reducen sus niveles de cortisol (sustancia producida por el cuerpo que puede provocar estrés, rabia, ansiedad y miedo) y aumenta la producción de endorfina, serotonina y dopamina (sustancias que reducen la sensación de incomodidad, dolor y ansiedad).
Por último y no menos importante: SONRÍA

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5 mandamientos básicos de tu closet

Unknown | 7:08 a.m. | | | | | | Be the first to comment!
Siempre leemos de los básicos que debemos tener en nuestro armario, pero ¿qué pasa con lo que NO debemos guardar? ¿Qué piezas son fundamentales para la supervivencia del buen estilo?

Te damos los 5
 mandamientos básicos de tu closet:
1 - No acumularás: Aprovecha tu tiempo libre para deshacerte de esas prendas que NUNCA usas. Si les tienes un gran aprecio a todos tus jeans, por ejemplo, dona los que ya no sean de tu talla (es bueno aceptar cuando subimos o bajamos de peso).

2 - Un par de tacones siempre tendrás: En gustos se rompen géneros, y sabemos que a algunas mujeres no les gusta usar tacones. Si eres de ese grupo “anti-altura”, te recomendamos tener por lo menos un par de tacones de la altura que prefieras, en un color básico como el negro o beige ¡Te sacarán de apuros!

3 - Serás creativa y no destructiva: Todas las mujeres pasan por etapas creativas y de reinvención. Puedes seleccionar la ropa que ya no te pongas y darle otro uso. Decóralas, córtalas y cóselas, pero recuerda 
¡Nunca te dejes llevar por el impulso,puedes arruinar algo que te quede realmente bien!

4 - Pensarás como Princesa: ¿Por qué las mujeres de la realeza como Kate Middleton, se ven tan guapetonas todos los días? Además de su rutina de ejercicios y alimentación, ellas siempre cuidan su estilo. En tu closet debes tener por lo menos un vestido con mangas tres-cuartos ¡Combínalo con los accesorios adecuados y luce más elegante que nunca!

5.-Confiarás en tu instinto: Podrás encontrar mucha información acerca de “qué ponerte”, pero si no te sientes cómoda con lo que usas, ¡escucha tu intuición! Recuerda que entre más confianza te dé tu atuendo, mejor lucirás.


¡Comparte con nosotros tus mandamientos de la moda y espera la segunda parte del artículo! 
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miércoles, 2 de julio de 2014

¿Qué es un minón?

Unknown | 2:26 p.m. | | | Be the first to comment!





Pídale a un hombre que le describa un minón: inmediatamente le hablará el tamaño de los senos, de la medida de la cintura, del volumen de los labios, de las piernas, de la cola y del color de los ojos; o le dirá que un mujerón tiene que ser una rubia de 1,80 mts., siliconizada y con sonrisa colgate..

Mujerones o minones, dentro de ese concepto, no existen muchas: Cindy Crawford, Claudia Schifer, Linda Evangelista, Naoxni Carnpbell.

Ahora, describamos lo que en verdad es un MINON:

1-) Minón es aquella que toma dos autobuses para ir de su casa al trabajo y dos más para regresar, y cuando llega a su casa, encuentra la batea llena de ropa para lavar, la tarea de los niños para revisar y una familia hambrienta para alimentar.

2-) Minón es aquella que va por la madrugada a hacer cola para garantizar la inscripción de sus hijos en el colegio y aquella jubilada que pasa horas parada haciendo cola en un banco para cobrar una pensión insultante.

3-) Minón es quien regresa del supermercado cargando varias bolsas después de haber pesquisado precios y hacer malabarismos con el presupuesto.

4-) Minón es aquella que se depila, se pone cremas, se maquilla, hace dieta, se ejercita, usa tacones y lingerie, se arregla el cabello y se perfuma sin tener ninguna invitación.

5-) Minón es quién lleva los hijos a la escuela y los va a buscar, los lleva a las clases de natación y los busca, los lleva a la cama, les cuenta historias, les da un beso y apaga la luz.

6-) Minón es aquella madre de un adolescente que no duerme mientras éste no llega sano y salvo a casa y que bien temprano por la mañana ya está levantada, calentando la leche y haciendo el café.

7-) Minón es quien sabe donde está cada cosa, lo que cada hijo siente y cual es el mejor remedio para la acidez, para los deditos magullados y para las pesadillas.

8-) Minón es aquella que estudia y se hace grande frente a las adversidades y los obstáculos, que dirige un hogar aunque no tenga la compañía del varón.

9-)Minón es aquella que se siente la reina de la casa aunque viva en una pieza, y lleva su corona con orgullo.

10-)Minón es aquella que ama, sufre, cuida y vive por su familia.

A mis amigas minones, felicitaciones!

A los amigos que tienen un minón en casa y no lo saben, sea esposa, madre, abuela, hermana o una gerente del hogar... CUÍDENLA! ! ! !
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10 cosas que debes hacer antes de morir

Unknown | 6:48 a.m. | | Be the first to comment!

1. Poner yogurt de vainilla en un bote de mayonesa y comerlo en público.


2. Entrar en un ascensor lleno de personas y decir: "Apuesto a que se preguntan por qué los reuní hoy aquí"


3. Entrar a un supermercado y preguntar qué año es. Cuando respondan, gritar "FUNCIONÓ" y correr gritando.


4. Ir en un taxi y decirle al conductor: "en ese puente me suicide hace 5 años"


5. Decirle a una mujer embarazada "tu hijo es el elegido" y luego salir corriendo.


6. Subir a un colectivo, empezar a toser, hacer como que te ahogas, escupir, sacar una grabadora y decir: “Día 9, el virus ha mutado. Necesito hallar el antídoto”.


7. Subir a un taxi y decirle al conductor: "Siga a ese auto"


8. Ver una pareja besándose y gritarle a la chica "sabía que tenías otro" fingir llorar y salir corriendo.


9. Entrar a una boda desconocida, gritar: ¡Me opongo! y salir corriendo.


10. Marcar cualquier número por teléfono y decirle ; ''Ya tengo el cuerpo, ¿qué hago con él?''
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lunes, 30 de junio de 2014

20 pasos hacia la felicidad

Unknown | 8:22 a.m. | | | | | | | | | | Be the first to comment!
20 pasos hacia la felicidad


1.              Camina de 10 a 30 minutos todos los días. Mientras lo hagas sonríe, ese es el mejor antidepresivo.
2.               Siéntate en silencio por lo menos 10 minutos diariamente. Enciérrate si es necesario.
3.               Cómprate una videograbadora y graba tus programas nocturnos, así dormirás más.
4.               Al levantarte en la mañana di: "Mi propósito hoy es…"
5.               Vive con las tres "E": Energía, entusiasmo y empatía.
6.               Juega más y lee más libros que el año pasado.
7.               Date tiempo para meditar y orar. Ambas nos proporcionan el diario combustible para nuestras ocupadas vidas.
8.               Pasa tiempo con personas de mas de 70 años y menos de seis. Aprecia su genuina naturaleza, fuerza e inocencia.
9.               Sueña más mientras estas despierto.
10.           Come más alimentos que crezcan en los árboles y en las plantas, y menos que sean manufacturados industrialmente.
11.           Toma té verde y mucha agua. Come arándanos, salmón, brócoli, almendras y nueces.
12.           Trata de hacer reír por lo menos a tres personas cada día.
13.           Elimina el desorden de tu casa, auto y escritorio, y deja que la nueva energía fluya en tu vida.
14.           No gastes tu precioso tiempo en chismes, cosas del pasado, pensamientos negativos o cosas fuera de tu control.
15.           Date cuenta de que la vida es una escuela y que estas aquí para aprender. Los problemas son solo parte del currículum.
16.           Desayuna como rey, come como príncipe y cena como colegial.
17.           Sonríe y ríete más. Así mantendrás a los vampiros chupadores de energía alejados.
18.           La vida no es justa, pero aun así es buena. Agradece estar vivo.
19.           La vida es muy corta como para desperdiciar el tiempo odiando a alguien.

20.           No te tomes todo tan en serio. Nadie más lo hace.
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domingo, 29 de junio de 2014

Una verdadera historia de terror: MADDIE

Unknown | 12:48 p.m. | | Be the first to comment!
Desde que la pequeña Edith encuentra a la muñeca Maddie dentro de la habitación de Amadine Tussaud, la antigua dueña de la casa, una extraña obsesión por la muñeca nace en ella, al mismo tiempo que comienzan a suceder trágicos y terroríficos acontecimientos dentro de la familia. Al final, todo resulta ser el plan profético de Amadine, quien aún después de muerta, planea un sangriento sacrificio para poder volver a la vida.

"Me dijo cosas tan secretas,
Que tú no puedes oír, Me confesó algunos pecados,
Que prefiero no decir..."

Mi muñeca me habló (canción)
Dicen que cuando los niños traviesos están en silencio por mucho tiempo, es porque algo muy malo están haciendo y eso fue lo resonó en la cabeza de Axel cuando se percató de que su hija, Edith, no se escuchaba correr ni gritar por los pasillos vacíos y silenciosos de la casa nueva.
_ ¡Edith! ¿Qué estás haciendo? –Preguntó y en la casa sonó un eco que se estiró entre las habitaciones
Pero ella no respondió. Axel estaba desempacando algunos adornos de vidrio y cerámica de Maia y poniéndolos sobre el estante de roble que le regaló su madre como obsequio de bodas, pero al no ver a Edith por ningún lado, dejó de hacerlo y buscó con la mirada hacia las proximidades de la casa que estaban dentro de su campo visual. Nuevamente no vio a nadie.
_ ¡Maia! –Le gritó a su esposa que estaba en el segundo piso ¿Está Edith contigo?
Ella bajó la escalera con apuro, sus talones sonaron en eco al golpearse con los escalones.
_ ¿Edith? –Dijo No, pensé que estaba contigo. Ahora que me lo dices, no la he escuchado desde que comenzamos a ordenar esto último. –Giró la cabeza hacia afuera y dirigió su mirada al porche, sobre los tablones fríos de madera, había unas hojas de otoño coladas sobre la alfombra en la puerta principal, pero Edith no estaba allí. Hacía tres días que se habían mudado y ese había sido el lugar que había elegido para jugar a "tomar el té" con sus dos peluches grandes. Mi amor, ¿estás ahí?
Caminó hasta allí, pero no la vio. El frente era grande, entre el porche y la verja había un gran cuadrado verde en el que florecían tristemente pequeñas florecitas de color amarillo apagado, siete higueras medianas y un enorme sauce llorón que en conjunto le daban a la casa un toque tétrico y melancólico. En el sauce, colgaba un hamaca hecha con dos cuerdas sucias y una madera gruesa e hinchada por la humedad, Edith se había hamacado varias veces allí, pero en ese momento, los ojos de su madre sólo percibían un columpio vacío y estático como un recuerdo congelado.
_ ¿No la ves, cariño? –dijo Axel desde adentro
_ No, no está aquí. ¡Edith! –Gritó de nuevo
En eso, mientras el llamado de la niña se iba perdiendo entre las ásperas ramas de las higueras, Axel logró escuchar un tímido murmullo que venía desde una de las habitaciones. Dio media vuelta y se dirigió hasta allí, al verlo, Maia lo siguió.
_ ¿Edith? –Dijo viendo la habitación entreabierta ¿A caso no te dije que no vayas a esa habitación?
_ ¡Guarda silencio, papá te va a escuchar! –exclamó ella un segundo antes de que su padre se asomara por la puerta y se llevara una sorpresa.
Aunque Edith los había desobedecido, ella parecía estar bien. Estaba sentada a los pies de la cama de dos plazas sobre el piso polvoriento y rechinante, frente a ella, había un cuadrado de terciopelo color rojo y finalmente, sobre éste yacía sentada una vieja y macabra muñeca.
_ Niña, ¿qué estás haciendo? ¿No escuchas que te estamos llamando? Te dijimos que no entres aquí, estas cosas son de la antigua dueña del lugar.
Entró a la habitación junto con Maia que acababa de llegar al lugar, era la segunda vez que lo hacían y no dudaban en tirar a la basura todos los muebles de la señora Amadine Tussaud, quién hacía ya diez años, se había suicidado precisamente en esa habitación por razones desconocidas.
_ Lo siento, es que estoy jugando con mi nueva amiga, Maddie.
Los ojos de sus padres se posaron como flechas despiadadas sobre la muñeca sentada sobre el terciopelo. En seguida, Maia se acercó para tomar la muñeca.
_ Oh, Edith. ¿De dónde la has sacado? –preguntó levantándola, notando lo horrible del aspecto de la muñeca.
_ La encontré en ésa caja. –dijo señalando con el dedo al baúl abierto en el rincón de la habitación Lo abrí y estaba ella, sonriendo alegre de haber encontrado una amiga, me ha contado muchas cosas y ahora es mi mejor amiga.
_ ¿Contado? ¿Es parlanchina? –Preguntó su madre separando las dos cintas de velcro que su espalda para encontrar un parlante, pero no había nada
_ No lo creo –agregó Axel, mira lo que es. Probablemente tiene más de cincuenta años.
La muñeca estaba muy bien cuidada, pero por la supuesta antigüedad que mostraba su apariencia, lucía espeluznante. Tenía décadas dibujadas en su rostro de goma dura, pintado a mano los detalles de sus ojos, pestañas, cejas, labios y pecas. Tenía una mirada penetrante y profunda, que junto con el peculiar gesto de su cara y su sonrisita pícara daba la sensación de una niña curiosa y burlona que había descubierto algo y se jactaba por eso. Su pelo, sin duda y como todas las muñecas de su supuesta época, era real, de color castaño oscuro que le caía hasta la cintura y que podría estar reluciente si las cortinas pesadas, de color gris no hubieran impedido la entrada de los opacos rayos de luz del sol de otoño en la habitación. Llevaba puesto un desgastado vestido de novia de color lino, sobrecargado con tul y armado con seda y organza descolorida, acompañado con dos zapatitos negros que desencajaban con todo su vestuario.
_ Mami, ¿me la puedo quedar? –Preguntó Edith
_ Ay, no lo sé. Mejor te compro una nueva mañana –le contestó ella, desaprobando la idea de quedarse con ese horrible vejestorio
_ ¡Yo quiero a Maddie, no quiero una muñeca nueva! –exclamó dramatizando la situación, sobresaltándose violentamente.
Maia apartó la vista de la muñeca y se fijó en su hija, nunca había reaccionado así en sus seis años de vida.
_ Está bien, está bien. Te la puedes quedar, pero no grites así. A mamá y papá no le gusta que nos grites. ¿De acuerdo?
Ella asintió con la cabeza y le arrebató con ligereza la muñeca para retirarse de la habitación.
Al irse, Maia se dirigió hacia Axel, todavía pensando en el comportamiento de Edith.
_ ¿Viste cómo me gritó? Eso no es típico en ella.
Axel se acercó hacia ella y la envolvió en sus brazos.
_ Probablemente sea el estrés por el cambio de casa. Está en pleno crecimiento, no podemos exigirle mucho. –Le dio un beso que duró un par de segundos Y ahora que estamos hablando del tema, yo también me siento muy estresado y con ganas de...
_ Axel, ahora no. –Interrumpió, apartándose de él, camino unos cuantos pasos por el dormitorio y le habló sin mirarlo Ya ha pasado más de un año y sigues sin comprenderme. Entiende que no es fácil para mí.
Se fue hacia las ventanas y corrió levemente las dos cortinas para dejar pasar un poco de luz, quería evitar a toda costa tener otra discusión relacionada con su frigidez.
_ ¿No es fácil para ti? –le dijo en un grito bajo Eso fue lo más egoísta que has dicho en los últimos años, ¿qué se supone que haga yo, que me masturbe hasta la vejez esperando en vano que mi mujer recobre su libido sexual? De verdad que me impresionas.
_ ¡Yo no pedí esto! –exclamó y se escuchó desde afuera, pero Edith estaba muy ocupada hablándole en el oído a Maddie y poniendo su oreja en la boca de la muñeca
_ ¡Yo tampoco! Y espero que lo consideres. Piensa un segundo en mí y verás que tengo razón. exclamó él
Sin palabras, decidieron terminar con la discusión en ese instante. Ambos sabían que Edith había escuchado los gritos, tal y como lo había hecho los últimos meses, pero por lo menos se consolaban con su inocencia que no la dejaba comprender nada de lo que decían.
Como si nada, siguieron examinando la habitación de Amadine, una antigua residente del pueblo, según los agentes de bienes raíces, una solterona antisocial que no salía de su casa si no era necesario y fiel seguidora de una religión africana de la cual no se tenían datos. Con esa información, pudieron comprender por qué en los roperos se escondían grandes cajas de velones de colores blancos, negros y rojos, junto con frasquitos con colonias, esencias y otros tipos de sustancias caseras que al destaparlos, despedían un olor asqueroso. También, entre la colección de posesiones de la señora Tussaud, había inciensos, sahumerios y materiales extraños que posiblemente usaba para ofrendas o trabajos especiales.
A la tarde, todo eso fue tirado a la basura, incluido los muebles. Ninguno de los dos era supersticioso ni nada por el estilo, pero pensaban que era correcto apartar todas aquellas cosas relacionadas con la extraña Amadine y sus prácticas diabólicas, pero nunca pensaron la furia que desataría ello.
Cuando las acciones del hombre son manejados por el deseo de la carne, la mente muere. Era justo lo que le había sucedido a Axel, que aprovechando el turno nocturno de Edith en el hospital, llevó una amiga a su habitación.
Edith dormía tranquilamente abrazada a Maddie. Luego, durmió sola.
Axel pasó de la mano de su amiga, Deborah, una rubia voluptuosa que había visto en internet y prometía dar un intenso momento de placer si de por medio había un moderado monto de dinero. Atravesaron el living rápidamente por si por esas ruines casualidades Edith se despertaba y los veía, pero no, estaba sumergida en un sueño profundo, sola hasta hace unos segundos.
Subieron las escaleras, los pies golpeándose sigilosamente en los escalones parecían el galope de un caballo. Al atravesar el pasillo corto, ingresaron a la habitación.
Axel, la tomó de la cintura y le besó el cuello, luego sus manos enfurecidas apretaron sus senos y luego sus nalgas. La desvistió rápidamente mientras ella le bajaba el cierre de su jean y sacaba su pene erecto. Una acción llevó a la otra y cuando quiso acordar, Axel estaba sobre Deborah, penetrándola con fuerza, vigor e ira en el piso de la habitación. Los gemidos aminorados se retumbaban en las paredes pero no las atravesaban. Después, todo terminó. Y volvió a empezar, una vez más.
Creyeron que la puerta estaba cerrada, pero en realidad estaba entreabierta y a través de la fina pero agraciada rendija se proyectaba la visión fantasmal de un ojo de plástico tan curioso, como diabólico.
Maia volvió a las tres de la mañana, antes de hacer nada, fue hacia la habitación de su hija para verificar que se encontraba bien. La vio plácidamente dormida, su rostro perfecto otorgaba ternura a quien lo veía. Fue hasta ella y le dio un beso en la mejilla, la arropó y acomodó a Maddie, quien descansaba sobre su brazo pero mantenía su cara pícara.
Subió las escaleras y vio a Axel dormido en la cama, por un momento, pareció darle la misma ternura que Edith y por primera vez pensó en lo difícil que era su lugar como esposo, padre y hombre de la familia; "si hubiese sido otro hombre, seguramente ya me habría votado o se buscaría a una amante para que le dé el placer que no le puedo dar", pensó valorándolo y poniéndolo en el pedestal de "El hombre perfecto".
_ Ya todo mejorará, amor. Estoy dispuesta a buscar ayuda médica.
El sol se comenzó a asomar por el horizonte medio campestre cerca de las seis y media de la mañana, corría un viento fuerte, atónito y tormentoso. Maia decidió dejar en la cama a Edith, se podría enfermar si la llevaba a la escuela con una helada como la que cruzaba sobre ellos.
Tres horas más tarde, todos desayunaban cereales y tostadas con mermelada en la mesa del comedor.
Edith había protestado para que Maddie se siente a su lado y como su madre no soportaba sus tenaces insistencias, terminó cediendo a la voluntad de su hija; aunque le recordó que no es de buena educación poner muñecos en la mesa.
_ ¡Maddie no es un muñeco, es mi amiga! –le gritó
_ ¡Hey! Ya basta, niña. Tu madre ya te ha dicho que no le gusta que le grites de ese modo. –Dijo Axel tragando los cereales mojados en leche
Edith se puso de pie, tomó con determinación su tazón de leche y se lo lanzó con fuerza a su padre. El plástico rebotó en su frente y lo empapó de leche.
_ ¡Y a mí no me gusta que hablen así de Maddie! ¿Entendiste? ¡Maldito infiel!
Todo el mundo parecía haber entrado en alguna especie de shock al ver la reacción de Edith. Sus padres habían quedado mudos, no entendían de dónde su hija había sacado tanta agresividad y cómo había aprendido las palabrotas que acababa de decir.
_ Ed... Edith... dijo Maia soltando la caja de cereales al piso ¿Cómo te atreviste? Te desconozco...
En el momento que Maia iba a emitir la siguiente pregunta, Axel se levantó poseído por una ira indescriptible, necesitaba poner en su lugar a su hija que de un día para el otro, actuaba con rebeldía, gritos, insultos y agresiones. Le tomó fuerte del brazo y alzó la otra mano para pegarle una palmada.
_ Si me pegas, contaré tu secreto, hijo de puta. –espetó la niña con una sonrisa vil
La soltó en seguida y junto con su esposa, le dirigieron una mirada fruncida y confundida.
_ ¿De qué hablas, Edith? –Preguntó Maia
La niña tomó a Maddie en la falda y sonrió hacia su padre.
_ ¿Hay algo que quieras confesarle a tu esposa, Axel?
Silencio. Caminó hacia el lavabo, se lavó la cara y se sacó la remera mojada de leche. Intentaba disimular el hecho, pero apenas podía.
_ ¿De qué están hablando? –insistió Maia sintiendo en su pecho el fuerte latido de su corazón ¿Quién te enseño esas malas palabras? ¡Por Dios! ¡¿Qué es lo que les está pasando?!
_ A mi nada, mami. Pregúntale a tu esposo sobre Deborah y te lo dirá. Bueno... pensándolo bien y según lo que me dijo Maddie hoy a la mañana, la idea de él era ocultártelo, entonces te lo diré. Papá trajo una mujer a la casa, más bien una puta, ya sabes, de esas que cobran por sexo. Su nombre era Deborah, la llevo a tu habitación y la cogió dos veces en el piso. La muy puta gemía como los demonios.
Maia quedó sin respiración, su hija se había convertido en una completa desconocida para ella.
_ ¡Por Dios, Edith! ¡¿Qué estás diciendo?! ¿Qué te está pasando hoy? –Interrogó Axel desesperado acercándose a ella y tomándole con ambas manos su carita
_ No te hagas el disimulado le recalcó la niña, estoy diciendo la verdad. Mamá, por si no nos crees, Maddie sacó algunas fotografías con la cámara, la que está arriba de la heladera.
Hubo un momento. Luego otro. Los pensamientos gritaban enfurecidos dentro de una llamarada de desconcierto y desesperación en las cabezas de sus padres. Axel estaba envuelto en un fuego interior que lo hacía sudar como burro y sentía como si su corazón quisiera salir de pecho y detenerse destrozado en el piso.
Maia, confundida, aturdida e indecisa, comenzó a caminar hacia la heladera, del otro lado de la cocina y tomó la cámara digital de la familia. Axel las miraba a ambas, creyendo y queriendo que todo fuera una pesadilla.
La mujer encendió la cámara y desde el comedor se escuchó un grito despavorido y el impacto de sus rodillas en las maderas del piso.
Ambos corrieron hacia allí, Axel la abrazó y tomó la cámara. Ahora, su corazón se había convertido en un trozo de hielo blando y enfermo que estaba por detenerse. Se le formó un nudo en la garganta seguido de tres arcadas que lo hicieron tambalearse y caerse de rodillas junto a su esposa que justo se levantaba. Otra vez, el deseo y los pensamientos oscuros predominaron sobre la mente y la razón. Podría haber jurado que todos los cuchillos estaban en la otra mesada, pero por alguna razón, uno de ellos había aparecido cerca de la mano nerviosa y huesuda de la mujer desesperada. Un tajo. Una mejilla cortada. La madera reluciente manchada de sangre. Un grito, luego dos. Luego tres. Ira. Miedo.
Un arduo trajinar le esperó en el hospital. Catorce puntos de sutura desde la unión izquierda de los labios hasta el lado opuesto del lagrimal. No se presentaron cargos, por supuesto que no.
"¿Cómo es posible que una niña de cinco años pueda llegar a tal altura para tomar la cámara de fotos?" se preguntaba Maia mientras le acariciaba el cabello a su hija. Esa noche, se acostaron las tres juntas, pero una sola dormía, otra lloraba y la otra se regocijaba detrás de un rostro inmóvil.
La comunicación matrimonial fue recobrada a la semana y media, pero no eran tan agradables como antes. Cualquier tipo de discusión anterior al día del suceso les había parecido una estupidez, emitían frases cortas y sin sentimientos, principalmente ella, quien ya no le miraba a los ojos. Axel sin embargo, sentía un profundo arrepentimiento, tan intenso que se asemejaba al sentimiento de estarse pudriendo lentamente desde el interior.
La única tranquilidad que tenían, era que la insólita rebeldía de Edith había desaparecido. Había sido dos días muy extraños, en los que Edith había mostrado su lado más oscuro, había insultado, agredido y hablado con un vocabulario tan sucio como un chiquero de chanchos, pero por suerte, todo había vuelto a la normalidad, o casi todo.
A parte la escasa comunicación, el cambio de dormitorio de Maia hacia el cuarto de su hija y la espantosa cicatriz en el rostro de Axel, había algo más que marcaba el sorpresivo cambio de estilo de vida de la familia y era la profunda y casi enfermiza obsesión de Edith por la muñeca de Amadine Tussaud, iba con ella hasta a la escuela y al llegar pasaba todo el día en su cuarto, en el porche o en la hamaca del sauce llorón hablándole como si fuera una persona viva con oídos de carne.
La tarde del día era tan dormida y melancólica como la estación otoñal. Maia estaba sentada en uno de los sofás nuevos leyendo un aburrido libro de inteligencia emocional, Axel estaba dando clases en la escuela, en un par de horas llegaría a casa. En eso, Maia escuchó unos pasitos ligeros, caminar por el pasillo cercano, se sobresaltó banalmente al ver que era su hija acercándose a ella. Creyó que probablemente se aburrió de dibujar con crayolas en su habitación, "...o de hablarle a una muñeca de goma.", se dijo.
_ Mami –dijo ella recostándose en su regazo, no quiero que duermas más conmigo.
A ella le sorprendió la frase de su pequeña.
_ ¿Por qué, amor? –Le dijo Recuerda que mamá está enojada con tu papá por lo que has descubierto sobre él ¿Lo recuerdas, amor? Nunca hemos conversado sobre eso.
Ella bajó la cabeza para que su mamá le acaricie sus rizos cortos y cerrados. Después, la movió de un lado a otro para negar que existiera recuerdo alguno en su mente.
Su madre no lo entendió en absoluto. ¿De verdad no lo recordaba o estaba evadiendo el tema? Justamente, en el libro que tenía en su mano hacía unos minutos había leído un párrafo que afirmaba que ciertas veces la mente era selectiva y para el bien de la persona, a veces suprimía aquellos recuerdos traumáticos para que no nazcan secuelas de ellos, quizás eso era lo que le ocurría a Edith, pero sólo era una de las tantas suposiciones que Maia tenía pendientes por resolver pero que no quería adentrarse, quizás por miedo a enloquecer.
_ Está bien, hija. Entonces no hablaremos –le contestó pronunciando con sus dedos los rulos negros de la pequeña. Si te molesto en tu dormitorio entonces no tendré remedio que irme al que está vacío.
_ ¿Al de Amadine Tussaud? –Preguntó, nuevamente sorprendiendo a su madre
_ Sí, contestó ella. –Suponiendo que Edith había escuchado dicho nombre salir de la boca de su padre
Diez minutos después, el trapeador empapaba los pisos empolvados de la habitación vacía. Tendría que esperar a Axel para que la ayude a mover la cama de una plaza que tenía dejada en el fondo, aunque últimamente odiaba la idea de pedirle ayuda o favores.
A la noche, mientras la cena se preparaba casi sola, el dormitorio de Amadine, había cobrado vida. El piso estaba tan reluciente como si estuviera nuevo, aunque era necesario cambiar el empapelado de las paredes que le daba un aspecto antiguo y percudido al estar descascarado sobre la madera.
El sol cayó rápido y pesado como una gigantesca bola de metal, la luna se mostró llena y dorada.
Comieron sin formular una sola palabra, escuchando una inquietante melodía que Edith cantaba con la boca cerrada. De repente, habló:
_ Mami, perdóname por echarte de mi habitación. Maddie y yo necesitamos estar solas. Ella también se disculpa por haberte mandado a la habitación de la señora Tussaud.
Sus padres la miraron pero no prorrumpieron una sola palabra. Estaban impresionados con la habilidad de su hija en disociar sus pensamientos y repartirlos entre ella y aquél ídolo que parecía haberla hipnotizado desde el momento en que la encontró. Aun así, no dijeron nada; toda oración ficticia de Edith que hacía revivir teatralmente a Maddie, los hacía acordar al momento en que su forma de vida cambió de improvisto. Todavía ninguno pensaba cómo superaría esa dura etapa, ni siquiera lograban resolver cómo mantenerla.
_ La cena está deliciosa, cariño. –Dijo Axel sonriéndole a Maia
Edith los observó callada, esperando algún tipo de reacción, y la encontró. Maia apartó la vista de sus espaguetis para apuntarla a su esposo, a quien le proyectó una expresión nula. Luego, no pudo contener una carcajada cargada de rabia y para no seguir con el tema, se levantó de la mesa y se fue a su cuarto con prisa. Desde el comedor se escuchó el portazo.
_ Disculpa a mamá, pequeña. –Le dijo a Edith pronto me podrá perdonar. Todo el a mundo comete errores, ¿sabes? Y a veces con ellos lastimas a la gente que amas. Eres muy pequeña para entenderlo... pero a alguien se lo debo decir.
Sus ojos azules se cristalizaron en lágrimas y uno de ellos soltó una que se resbaló por su mejilla.
Tres de la mañana. La casa se volvió muda. Toda la familia descansaba en el mundo onírico, cada uno en su habitación. En eso, Edith, que siempre dormía acompañada, nuevamente quedó sola.
Una niña de plástico corría libremente por la caza oscura, cuyos únicos rayos que la iluminaban de forma vaga, eran los de la luna imponente pero aun así, débil e impotente.
Algo logró interrumpir el descanso de Maia, era un llamado, una voz:
_ Maddie es Amadine... Maddie es Amadine... Maddie es Amadine... ¡Maddie es Amadine! –Sonó fuerte dentro de su cabeza y le causó un sobresalto que la hizo despertarse cubierta en sudor frío
Se sentó en su cama de golpe, como si hubiese sido revivida con un desfibrilador. Sentía el corazón latir rápidamente, como el de una rata.
Entre la luminosidad opaca de la luna, pudo distinguir fácilmente que la puerta de su habitación estaba abierta. Frunció el ceño y luego su corazón estalló de miedo. Iba a gritar, pero su lengua pareció devolverle el grito a su interior. La muñeca, Maddie, estaba allí, parada a los pies de la cama, congelada pero persistente, como la misma luna.
"Esto debe ser una broma de Edith", quiso suponer cuando notó que una mano de la muñeca estaba levantada y su dedo índice señalaba precisamente hacia la pared.
Como un acto reflejo o por la misma situación de subordinación que le imponía el miedo en ese momento, giró su cabeza hacia donde le señalaba el dedo y descubrió que justo en ése lugar, había una abertura en el empapelado color verde oliva. Frunció el ceño nuevamente, tomó valor y se puso pie. Por algún motivo, su postura ante aquel insólito hecho era firme, quizás era porque nunca le había tenido miedo a este tipo de cosas o tal vez porque una parte de ella, seguía creyendo que estaba dentro del sueño. Respiró hondo y metió la mano en aquel tajo que casi pasa desapercibido para su adormecida visión. Al meter la mano, se percató que en aquel espacio, el papel no estaba pegado y probablemente lo habían hecho a propósito. Finalmente, no fue muy difícil retirar lo que había allí.
El color denotaba el paso de los años, en un tiempo fue un sobre blanco e impecable. Olvidándose de que la muñeca estaba detrás de ella, rompió el sello que lo bloqueaba, una fina lámina adhesiva con la palabra "Tussaud". Sacó la hoja dura que estaba doblada en cuatro y la leyó:
"Malaventurado aquél que lea éste mensaje escrito en el pasado, leído en el presente y ocurrido gran parte en el futuro.
Los grandes espíritus del Santa África me han prometido una reencarnación. Y yo, fiel cordero, accedí a cambio de tres sacrificios.
Según sus predicciones, todos los hechos ocurrirán, siempre y cuando les obedezca en todo, poniendo mi sabiduría por debajo de su poder, tanto es así, que ni siquiera sé por qué ni a quién le escribo estas palabras, pero así me lo han mandado.
Ya tengo todo lo necesario para el ritual, he seguido sus pasos al pie de la letra y se que aún después de muerta tendré que terminar con la vida de tres almas mas.
Mi cuerpo, será entregado bajo mi absoluta voluntad, pero todos lo entenderán como un suicidio. Los otros dos serán entregados en el futuro, justo antes de reencarnar en carne y sangre en el cuerpo de una de mis víctimas. Hasta ese entonces, no seré Amadine, sino Maddie, la niña de plástico."
Maddie... Maddie... Maddie... El nombre retumbó en su cabeza e hizo temblarle las rodillas. Nuevamente se acordó de quién estaba atrás suyo y dio vuelta con violencia. Al descubrir que el espacio que ocupaba Maddie, ahora estaba vacío pegó un gritó chirriante que hizo resonar el vidrio flojo de la ventana.
_ Ésa cosa se ha ido. Oh, no... ¡Edith! –gritó
Corrió envuelta por un espanto atónito hacia la cocina y tomó el cuchillo que por casualidad creía ella, estaba sobre la encimera más cercana, cuando en realidad la niña de plástico lo había puesto allí.
Los ruidos de aquella casa con los pisos de madera, los gritos a altas horas de la noche y las pesadillas inoportunas hicieron que Axel se despierte también con una sacudida alborotada.
Maddie es Amadine... Maddie es Amadine... Maddie es Amadine... sonaba en su cabeza. De pronto, sintió que abajo corrían unos pasos apresurados y descalzos. En seguida salió de la cama para ver lo que estaba pasando.
_ ¿Dónde estás? –dijo Maia ingresando a la habitación con el cuchillo en la mano ¡No voy a dejar que dañes a mi hija! –gritó
Un brazo fuerte le apretó la muñeca y le quitó el cuchillo, ella volvió a gritar, pero Edith no se despertó.
_ ¿Qué mierda estás haciendo? –Exclamó en voz baja Axel, tirando el cuchillo lejos del lugar
Ella no supo qué contestar, ni tampoco quería.
_ Yo... no es lo que parece. –Dijo
Axel soltó una carcajada nerviosa.
_ Imagínate cómo hubieses reaccionado tú si hubiera dicho eso cuando viste las fotos. –Se acercó más a ella y la penetró con sus ojos furiosos Escúchame bien, si le haces algo a Edith, los vas a lamentar de verdad. –Percibió en el rostro de la mujer una increíble cantidad de miedo y se retiró con la seguridad de que nada más sucedería
Cuando se dice que las cosas no pueden estar peor, se vuelven peores. Escuchó a Axel subir las escaleras, mientras ella se dirigía a su cuarto. Vio el tajo agrandado en el empapelado de la pared y metió la mano dentro, pero no había carta alguna.
_ ¿Dónde la he metido? –Dijo en voz alta buscando por todos los lugares
Se fijó en los rincones, debajo de la cama y hasta en la encimera de la cocina, pero la carta no estaba. Volvió a su cuarto.
_ ¿Estoy quedando loca? ¿Todo ha sido un sueño? ¿Me lo he imaginado?
La noche transcurrió como si no hubiese pasado nada.
El sábado nació soleado y precioso, parecía un día primaveral. Maia creía que lo que había pasado ayer era una especie de sonambulismo mezclado entre el sueño y la vigilia, lo más raro de todo era que nunca le había pasado algo así, nunca podría determinar cuándo había comenzado y cuándo dio fin.
La oreja pequeña de Edith estaba pegada en la boca de Maddie.
_ ¿Quieres ir a la hamaca? –Le preguntó la niña Está bien, vamos.
Corrió alegre con saltitos infantiles hacia allá.
Aunque Maia se había obligado a convencerse que lo que había pasado, era una mala jugada de su conciencia, ordenando la cama, ojeaba sigilosamente por los rincones por si encontraba la carta fantasma, pero no la halló por ninguna parte.
Axel se estaba haciendo un emparedado para llevar al trabajo, a pesar de que era sábado tenía un horario muy apretado durante la tarde. Mientras untaba mayonesa sobre el fiambre, su atención de desvió cuando encontró justo cerca de sus pies un sobre amarillento sin bloquear. En seguida, lo levantó. Extrañado por haber encontrado algo tan inusual en la cocina de su casa, lo abrió y retiró de su interior el papel grueso doblado en cuatro que al abrirlo supo que se trataba de una carta, escrita en manuscrita con una especie de delineador de ojos de color rojo. Allí mismo, lo comenzó a leer:
"Amor mío. No te imaginas cómo me gusta escribirte por este medio, este tipo de códigos, el sobre, la carta y el delineador rojo me causan tanto morbo que me éxito en escribirte.
Te quiero decir que todo ha salido a la perfección. El idiota de Axel todavía no se pregunta cómo es que una estúpida niñita de cinco años pudo haber tomado tales fotos. La verdad es que me has sorprendido con tus enfoques, por fin lo hemos capturado con las manos en la masa. Él ni siquiera se imagina que tú existes y encima se cree culpable de nuestra situación. Ahora que lo pienso, soy muy buena actriz llorando o quizás son mis increíbles ganas de mandarlo a la mierda que me hace desempeñarme como una actriz eximia.
Todo marcha a la perfección.
Sólo nos queda esperar que crea que estoy loca y que quiero matar a nuestra estúpida hija para que ambos se larguen de aquí y así nosotros podamos vivir tranquilos en nuestra casa nueva.
Pronto te traeré nuevas noticias.
Te amo, Maia."
El descubrimiento hizo sumergir a Axel en un océano infinito de ira y dolor. Caminó casi corriendo hacia la habitación donde ella estaba, al mismo tiempo que Edith quedaba sola en la hamaca, sin Maddie.
Axel se asomó con precisión en la puerta, vio que su esposa buscaba algo casi sin descanso mientras daba una barrida descuidada en el cuarto.
_ ¿Buscas esto? –Preguntó levantando el brazo con el sobre en la mano
Ella vio el sobre y sintió un ligero palpitar, no sabía si sentirse feliz por el hecho de que no estaba enloqueciendo, o mal por haber descubierto que se habían mudado a la casa indicada.
_ Sí –contestó con firmeza, eso es lo que busco. Supongo que ya lo has leído.
A Axel le sorprendió la naturalidad y la falta de vergüenza de su mujer, hasta le era difícil diferenciar a esa desconocida con la que había conocido y había jurado amor eterno.
_ Supones bien –le contestó. ¿Hasta cuándo pensabas ocultármelo? –dijo expresando rabia en su rostro
Ella no respondió, aunque era una situación extraña que se debía conversar seriamente, no era un tema con el que podría entablar una conversación con un esposo infiel. Su orgullo pesaba aún más que todo eso. Sin embargo, una parte de ella estaba comenzando a insistir en dejar todo atrás, por lo menos de forma temporal y comenzar a preocuparse por lo que de verdad importaba: los sucesos paranormales que habían sucedido en la casa desde la llegada y las horrorosas apariciones de la muñeca de Amadine; podría odiarse después, pero primero estaba el bienestar de su hija y eso era algo que le incumbía a los dos, más allá del error y la falta de respeto de Axel hacia la familia. Le tardó considerarlo medio segundo y entonces, se dispuso a hablar.
_ Está bien. Disculpa por no habértelo dicho...
_ ¿¡Disculpa!? –Interrumpió enloquecido ¿Cómo quieres que te disculpe por una cosa de ésta? Admito que yo me he equivocado en traer una mujer a la casa, pero no se compara con lo que planeas hacer tú. No puedo creer cómo nos has traicionado –sus ojos despidieron dos líneas de lágrimas que cayeron por sus mejillas, una de ellas, se metió dentro del surco rojizo de su cicatriz y se quedó estancada, sin posibilidades de hacer nada y todo por un hombre.
_ ¿Qué... qué estás diciendo? –Dijo ella tartamudeando, viendo que Axel se ponía de cabeza gacha para iniciar un lastimado sollozo
Con un signo de interrogación dibujado en su rostro, dio dos pasos ágiles hacia delante y le arrebató el sobre de la mano, lo abrió notando que el sello con el apellido "Tussaud" escrito ya no estaba, lo sacó y leyó aquel extraño mensaje escrito con el delineador que hacía dos días había perdido.
Su pecho dio un vuelco tan inmenso que le fundió en una sacudida interna. La letra era casi igual a la suya, pero ella no había escrito eso.
_ ¡¿Qué es esto?! Yo no hice esto. –Axel levantó la mirada como un tigre asesino No, amor debes creerme, nos están tendiendo una trampa. ¡Maddie...! La muñeca de Edith en realidad es Amadine que quiere matarnos para completar su sacrificio –se acercó nuevamente hacia él y lo tomó de las mejillas, ¡Por favor, créeme!
Él puso la mano en su pecho y la apartó con fuerza.
_ ¡No seas ridícula y admite que también eres una adúltera!
Fue despedida hacia atrás, pero no con tanta fuerza como para que se produzca el trágico momento que estaban por sufrir.
Apoyó la punta del pie derecho y luego su talón para evitar caer al piso. Luego, necesitó apoyar el otro, pero éste no llegó al piso. Su pie se torció de repente al pisar una superficie redonda, parecido a un balón. Su tobillo se rompió con un crujido.
El cuerpo de la pobre mujer cayó duro y congelado como un ángulo de noventa grados volviéndose llano. Su cabeza se golpeó con el borde de la cómoda donde guardaba la ropa y un tajo sangriento se dibujó en su sien. Cayó sin vida y a sus pies, estaba inanimado el objeto que había pisado, no era un balón, sino una cabeza: la cabeza de la niña de plástico.
Las orbitas oculares de aquel hombre nunca habían sido tan grandes. No podía creer que un simple empujón hubiese podido desencadenar tal tragedia. Sus manos estaban embarradas de un acto homicida.
_ No... ¿qué acabo de hacer? –Dijo tomándose con fuerza y locura los cabellos de su cabeza
Una vena nerviosa saltó perpendicular a su frente y se levantó sobre su piel traspirada y brillante.
_ Maia... espetó sollozando un llanto de vidrio No, no, no, no... agregó en un desespero agitado Yo no lo hice... yo no la maté, ella se tropezó... Sí... se tropezó con el muñeco y se golpeó la cabeza.
Lo que decía era cierto, pero ninguna clase de autoridad se lo creería. Hacía poco más de una semana había sido marcado de por vida en su rostro por un cuchillo que Maia había manipulado y no presentó cargos. "¿Por qué no lo hizo?..." pensaría la policía "... ¿será que quería hacer justicia con sus propias manos?"
Se veía sin salida, incapaz de poder actuar o moverse. Quedó mirando espantado el cuerpo muerto de su mujer a los pies de la cómoda, con su cabeza ensangrentada emanando como una cascada grotesca cada vez más y más sangre. Sus ojos, aunque ya no veían nada, estaban completamente abiertos, casi como los de él, mirando fúnebremente lo trágico del destino y lo escuro de la muerte.
De pronto, algo lo sacó de aquella nube maligna de la que había sido metido sin querer y lo introdujo otra vez en la nerviosa desesperación.
_ ¡Maddie! –gritó Edith desde afuera ingresando a su casa
La entrada principal quedaba a solo cuatro metros y una puerta de la escena del crimen. Axel no sabía qué hacer.
_ Maddie, ¿Dónde estás? –preguntó entrando
Maddie... otra vez se nombraba a la maldita muñeca que había sido testigo del crimen. Axel no la había visto detrás de su esposa hasta después de fallecer. "Si tan sólo fuese alguien con vida, la enviaría a la cárcel, porque ambos sabemos que yo no he sido el asesino.", se dijo en su interior considerando que estaba al borde de la locura.
La vena que había crecido en su frente le deformaba la cara casi tanto como su cicatriz, dentro de ella, corría su sangre homicida furiosa y vertiente como la de la cabeza de Maia. Se dio la vuelta y cerró la puerta de un golpe, ni siquiera se dio cuenta que estaba actuando, hasta parecía verse afuera de él mismo, desconociéndose como persona.
Tomó con fuerza el cuerpo de Maia y lo metió bajo la cama. Gotas de su helado sudor cayeron en el ínterin.
El puño de su hija golpeó la puerta.
_ Mamá, ¿Maddie está allí contigo? –Preguntó desconociendo lo que ocurría detrás de la puerta
El atlético estado de Axel lo había beneficiado en aquél momento, sólo tardó unos segundos en esconder el cuerpo de su madre. Luego, movió la cómoda hacia delante para que ésta quede encima del charco de sangre.
Respiró hondo y abrió la puerta.
Edith lo vio y le causó asco verlo en ese estado. Lucía traspirado, despeinado y agitado. Pero cuando vio que tenía a la muñeca en su mano la tomó rápidamente y se olvidó del tema. Dio media vuelta y se fue de nuevo hacia la hamaca.
_ ¿Dónde estabas? –Se le escuchó decir Me dijiste que ibas al baño y terminaste en el cuarto de mamá...
La palabra "mamá" resonó en su mente junto con otra que desde hacía varios minutos evitaba afrontar: Criminal.
Pidió faltar al trabajo esa tarde por motivos de salud, confesó que no le importaba el monto de dinero que le descontarían de su sueldo el próximo mes por ello.
Lo que haría en el correr del día no lo pensó mucho, estaba demasiado choqueado como para poder realizar sus acciones con claridad. Primero, esperó que su hija se duerma, tan profundamente como acostumbraba a hacerlo.
Sacó del fondo de la casa una enorme hoja de plástico grueso, con la que envolvía las vigas y otros elementos que había comprado para la reformación del hogar y la llevó hacia el lugar del crimen. La colocó sobre la cama de una plaza y recostó a su esposa encima, tapándola después con una manta roja. Acto siguiente, la limpieza total e impecable del lugar.
Mientras trapeaba no dejaba de pensar en el hecho de que su hija ya no vería más a su madre. No tuvo necesidad de mentirle, por alguna razón no le había preguntado dónde se encontraba su madre que no había visto en todo el resto del día.
Cada lágrima que derramaba en el piso, era eliminada con el agua enjabonada que liberaban las cuerdas del trapeador y que se mesclaba con la sangre espesa pegada en los tablones.
Cuando terminó, hizo lo más difícil. Mientras todo secaba, envolvió como a un enrollado al cadáver en el plástico y con las puertas de la habitación, de la entrada y de la camioneta abiertas, se transportó con rapidez y sigilo con su mujer en los brazos, rogando a la suerte no encontrarse con Edith despierta. Cuando quiso acordar, estaba en el asiento delantero con la mano en la llave, comenzando a llevar a su esposa al rio más cercano, a unos dos kilómetros de allí. Si la suerte lo acompañaba, no lo atraparían. El rio corre fuerte y desemboca en una cascada de piedras, sabía que era un indigno adiós hacia el cuerpo de su mujer, pero debía elegir entre eso y pasarse toda la vida en la cárcel.
La próxima imagen que tenía de sí, era su cuerpo recién bañado, acostado en la cama matrimonial, sin mover un sólo musculo, sin creer lo que acababa de pasar ese día. No supo cuándo se durmió, pero cuando quiso acordar, el sol ya se había asomado por completo desde el frío horizonte.
Se desperezó con sus parpados congelados, para él solo habían pasado unos minutos, su cuerpo no tenía muestras de sentirse descansado y necesitaba estarlo para afrontar todas las mentiras que debería formularle a la policía para no ir preso, se tomaría todo el día para pensar bien en eso y a la noche llamaría a las autoridades para anunciar la extraña desaparición de su mujer.
Se sentó en la cama y abrió los ojos. Gritó del susto.
El reloj casi marcaba las ocho de la mañana, era imposible que Edith ya haya despertado.
Justo al lado de su cama, estaba Maddie parada, como si sus pies de plástico estuviesen clavados en el piso a través de la alfombra color roja.
En la casa había un silencio que le producía un leve zumbido en sus oídos, luego se escucharon unos pasitos secos que provenían del pasillo. Era Edith.
Entró a la habitación con un rostro inentendible, sus ojos lucían apagados y artificiales, como si por ellos hubiese perdido la esencia de su vida. Estaba vestida con su camisón blanco de cama y se veía media perdida.
_ ¿Edith? ¿Estás bien, pequeña? –le preguntó su padre, como si en su cabeza no tuviera ningún problema por el que preocuparse.
Ella no respondió al instante. Luego, bajó la cabeza hacia Maddie, quién estaba de espaldas a ella. La subió de nuevo y en el instante que iba a comenzar a hablar, le bajaron de sus narinas dos finas y brillantes líneas de sangre que se deslizaron por sus labios y cayeron sobre la cabeza de Maddie, manchando el tul de su vestido de novia.
_ Maddie no está vacía. Aún puedes salvarnos. –Dijo y salió corriendo a toda velocidad
Su padre se paró inmediatamente y salió en busca de ella.
_ ¡Edith!... ¡Edith, vuelve aquí! –le gritó antes de salir del cuarto, pero se detuvo en la puerta y dio un giro de ciento ochenta grados para ver de espaldas a Maddie.
"Maddie no está vacía. Aún puedes salvarnos..." recordó y se estremeció del miedo.
_ ¡¿Qué carajo está pasando?! –Gritó al techo agarrándose mechones de su cuero cabelludo con tanta fuerza que los arrancó No... esto no es real, esa muñeca sólo es juguete, ¡un estúpido juguete! Maia no estaba en lo cierto, Edith está confundida y yo... bueno, creo que yo sí estoy loco.
Todo eso lo había dicho con los ojos apretados y cuando los volvió a abrir, la muñeca estaba con la cabeza dada vuelta, mirándolo con los ojos más vivos del mundo. Axel notó que las manos de Maddie estaban manchadas de color rojo y una de ellas cargaba un lápiz, precisamente el mismo que había perdido Maia y con el que supuestamente había escrito a su amante.
El estómago Axel se torció de repente y lo hizo encorvarse haciéndole escupir un vómito verde con manchones rojos de sangre que se desparramó fuera del borde de la alfombra. Su respiración era agitada, pero cuando vio la sangre, se aceleró aún más.
_ ¡No nos matarás! –Le gritó desquiciadamente ¡No nos podrás matar, Amadine! ¡Primero lo haré yo!
Y de nuevo recordó la frase que había dicho Edith: ""Maddie no está vacía. Aún puedes salvarnos...".
Sin pensarlo dos veces, cargó la muñeca y la acostó boca arriba sobre la cama, luego la volteó, sus ojos lucían demasiado reales como para volverlos a mirar.
_ Bien, Edith ha dicho que no estás vacía. ¿Qué mierda llevas en tu interior, maldita puta? –le dijo destrozando el velcro para desvestirla
Descubrió su espalda y vio en su cuello la palabra "Maddie", más abajo, en el medio de su envés estaba escrita la frase "Ábreme si quieres vivir" y al momento en que lo leyó corrió hacia la cocina a buscar el cuchillo más grande. Sin piedad alguna, penetró aquél plástico como a un trozo de carne muerta y le hizo un tajo que recorrió su espalda, lo abrió y halló en el interior un sobre pequeño, de apariencia exacta al que había encontrado hacía veinte horas, con la diferencia que éste estaba bloqueado con un sello rectangular con el apellido "Tussaud" escrito.
Lo abrió desesperadamente y leyó lanzando de su boca sucia de vómito, un gemido de horror que no cesaba.
"Mis queridos malaventurados, no lo tomen de manera personal todas las desdichas que le he hecho pasar. No quería hacerles sufrir, pero no podré revivir plenamente si no entrego antes de tiempo los tres cuerpos necesarios.
Aun así, si estás en contra de mis planes, te doy el permiso para que continúes tu vida en paz. Simplemente debes enterrar mi cuerpo de plástico, aquél que tome prestado para realizarlo todo y entiérralo bajo una de las higueras en un agujero profundo y grande como para poner un humano, sólo de ésta forma mi alma descansará en paz y ya no podré volver al mundo real. Mis dioses son deidades muy generosas con los humanos y aún en contra de mi voluntad, me han obligados a decirles la solución a su problema, pero recuerda, sólo podrás lograrlo si todavía no han muerto dos de ustedes"
Axel no sabía si en ese momento debía gritar de felicidad o entregarse al terror que corría por sus venas y que hacían que su pecho estalle en latidos.
Agarró a la muñeca de los pelos corrió como un felino africano hacia el fondo de su casa para tomar una pala de excavación.
Afuera caía un rocío invernal, pero a Axel ni siquiera se le pasó por la cabeza abrigarse. Atravesó nuevamente la casa, ésta vez su meta era el frente hacia la higuera más cercana, tenía ambas manos ocupadas y en su mente yacía la pregunta "¿Dónde está Edith?"
La llamó a gritos imaginando cómo se lamentaría si estuviese muerta, no solamente porque se quedaría sólo, sino porque habría faltado a la única condición que tenía el macabro juego de Amadine, no enterrar a la muñeca si ya hay dos personas muertas.
Cuando salió por la puerta delantera, vio a Edith de espaldas sentada sobre la hamaca del sauce, parecía estar en perfectas condiciones pero no quiso vociferarle, algo dentro de sí le decía que debía terminar con el entierro cuando antes y además comprendía como comprendía la obsesión de su hija hacia la muñeca, la verlo enterrarla protestaría contra él y no tenía tiempo para ese tipo de escenas.
Tiró la muñeca hacia un lado y de inmediato comenzó a cavar. Al hacerlo, Edith se dio cuenta de lo que hacía y se acercó a él, inexplicablemente no levantó queja alguna, permaneció callada todo el tiempo salvo tres o cuatro veces en donde tosía y le sangraban las narices, en esos momentos era en los que Axel más se apresuraba. Por suerte, la tierra estaba húmeda por el abundante rocío que la había ablandado, entonces no tardó mucho tiempo en cavar el gran pozo. Cuando terminó, no pudo evitar largar una aturdidora carcajada cuyo aullido demente torció del miedo hasta a las higueras. Agarró del pelo a la muñeca que había permanecido inmóvil todo el tiempo y la arrojó adentro.
_ ¡Ahí tienes tu maldito pozo, hija de puta! ¡Ahora déjanos en paz! –le exclamó
Cargó un montón de tierra con la pala y comenzó a llenar el pozo, pero algo lo detuvo. Sintió un dolor indescriptible en su espalda, algo frío y filoso lo había atravesado de atrás, percibió que sus pulmones le ardían pero al mismo tiempo sentía congelado el resto de su cuerpo. Tosió una vez y de su boca saltó un chorro de sangre, su respiración ahora había alcanzado el punto máximo de agitación y cada vez le costaba más tomar aire.
Edith retiró el cuchillo que había clavado en la espalda de su padre y soltó una risita al mismo tiempo que éste caía al pozo. Golpeó su cabeza con la tierra húmeda y desparramada, estaba boca arriba junto a la muñeca Maddie que enigmáticamente, tenía la nariz y la boca empapadas de sangre.
Aún con el dolor que estaba terminando con su vida y la tos sangrienta que sucedía cada cinco segundos, tomó fuerzas para decir sus últimas palabras.
_ Ed... Edith... ¿Qué me has hecho?
La niña se rió nuevamente y agarró la pala del piso, luego habló:
_ ¿Edith? –Largó una carcajada malvada Éste ya no es el cuerpo de tu hija. Ella ahora está muerta, justo a tu lado. –Axel le dio un vistazo a la muñeca y en un esfuerzo de llorar, una corriente de dolor le hizo retorcer su cuerpo, la niña siguió hablando Lo más gracioso de todo es que yo sólo te he matado a ti, pero tú... tú has matado a toda tu familia, accidentalmente, pero en fin, los has matado a todos. Por si el dolor no te deja darte cuenta, cuando abriste a la muñeca por la espalda para retirar el sobre, en realidad se lo estabas haciendo a mi querida amiga Edith, pero no te preocupes, posiblemente murió en el segundo y sin darse cuenta; y ahora morirás tú, tal y como me lo han predicho los dioses. –En ese momento, Axel dejó de respirar y el viento furioso: el viento de mal, sopló por toda la casa Ya he entregado mis tres ofrendas, ya los he sacrificado y ahora, estoy nuevamente viva.
FIN


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